La cocaína del "Ariel IV" tenía como destino final Gran Bretaña y Holanda
Los responsables del caso manejan como hipótesis más probable que los "lancheros" la descargasen en Portugal, para transportarla después por carretera al resto de Europa
La cocaína que se interceptó a bordo del Ariel IV tenía como principales destinos Gran Bretaña y Holanda. Así lo creen algunos de los investigadores policiales y judiciales que están siguiendo el caso, apuntaron ayer fuentes solventes. Los 1.200 kilos de cocaína que había en ese velero procedían del Caribe, y los enviaba una organización colombiana.Al parecer, el plan consistía en que un grupo de narcotransportistas –o lancheros– arousanos acercase el alijo hasta tierra, y a partir de ahí se harían cargo de distribuirla los auténticos dueños de la cocaína, una mafia internacional dedicada al narcotráfico en Europa.
Fuentes consultadas ayer indican que hay dos hipótesis principales de trabajo. La primera consistiría en que los lancheros arousanos recogiesen la droga a la altura de las islas Azores, y que posteriormente la descargasen en costas de Portugal. A partir de ahí, la cocaína sería trasladada por carretera hasta Holanda y las islas Británicas, desde donde se organizaría su reparto para distintos países europeos.
Otra posibilidad es que los narcotransportistas gallegos alijasen la droga igual en las Azores y que la transportasen directamente en sus planeadoras hacia algún punto de las costas del Reino Unido. Fuentes antidroga consultadas señalan que esta alternativa no es imposible –en la actualidad las planeadores poseen una enorme autonomía, y además pueden realizar travesías de cientos de millas con el apoyo de barcos-gasolinera–, aunque en un principio se inclinan más por la opción de Portugal.
En esta operación resultaron detenidas tres personas, dos británicos y un holandés. Todos ellos durmieron ya en la prisión pontevedresa de A Lama la noche del lunes al martes.
Como fueron arrestados a mediados de mes en pleno Océano Atlántico, y era técnicamente imposible que la juez les tomase declaración antes de 72 horas –margen máximo que puede durar una detención preventiva–, se dictó contra ellos un auto de prisión que les fue comunicado en el mismo velero. No obstante, la ley establece que esa medida sólo se puede acordar de modo excepcional, y con la condición de que se les tome declaración en el juzgado tan pronto como sea posible.
Eso es lo que se hizo ayer. Sobre las once de la mañana llegaron al juzgado de Cambados dos furgones de traslado de presos de la Guardia Civil, con los tres detenidos. Al final, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, Irene Roura, ratificó la orden de prisión para todos ellos –al tratarse de extranjeros, el riesgo de fuga es mayor–, con carácter de comunicada y sin fianza.
Todos ellos fueron asistidos por abogados de oficio que se encontraban de guardia en el partido judicial de Cambados. Sólo uno de los imputados hablaba algo de español, por lo que tuvo que desplazarse hasta Cambados un traductor de inglés. Al final, los tres detenidos se acogieron a su derecho a no declarar. Irene Roura mantiene el caso bajo secreto de sumario.
Fiscal antidroga
En las declaraciones estaba también presente el nuevo fiscal especial antidroga para la provincia de Pontevedra, Luis Uriarte. Éste manifestó al término de la jornada que tampoco se puede descartar que una pequeña parte de los 1.200 kilos de cocaína del Ariel IV fuesen a ser descargados en costas gallegas.
"En principio esta droga no venía para Galicia, pero eso no implica que una parte no fuese a descargarse aquí", manifestó Luis Uriarte a preguntas de los periodistas.
La operación antidroga fue desarrollada por el Greco Galicia –Policía Nacional– y el Servicio de Vigilancia Aduanera, bajo la coordinación del propio Uriarte y de la juez Irene Roura. La droga se intervino al sur de las islas Azores, a mediados de mes, y se descargó anteayer lunes en el puerto de Vigo.
A raíz de esta operación, el sindicato CIG de Vigilancia Aduanera también hizo público un comunicado en el que afirman que las bandas de narcos gallegas siguen muy activas, pero que Aduanas dispone de escasos medios –técnicos y humanos– para combatirlas.
A este respecto, señalan que sólo hay dos bases con lanchas rápidas, que son las de Vilagarcía y Marín, y que sólo pueden utilizar la embarcación de Muros quince días al mes por falta de personal para tripularla.

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