Aduanas reduce las tripulaciones que luchan contra los narcos por falta de personal
Las patrulleras grandes han pasado de 10 a 8 marineros y las pequeñas se quedan con cuatro
12 de enero de 2010Las aprehensiones en alta mar cayeron en Galicia el año pasado. La operación Tabaiba permitió entre enero y abril de 2009 la intervención de la mayoría de embarcaciones de los lancheros gallegos. Un total de 34 personas fueron detenidas en el desmantelamiento de la logística de la red de narcos gallegos que monopolizaba el último tramo del transporte de la cocaína desde el mar hasta la costa. ¿Es esa la única causa del descenso de las operaciones contra el narcotráfico? O, ¿hay también menos operativos para vigilar la costa gallega? Los funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en la comunidad tienen claro el motivo: la costa está menos protegida. Uno de los principales motivos, según advierten los sindicatos, es la reducción de las tripulaciones implantada por Aduanas hace cuatro meses.
Con el nuevo plan de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, cada patrullero grande ha reducido de diez a ocho su dotación habitual, mientras que las pequeñas han pasado de cinco a cuatro. En el las tripulaciones mínimas –encargadas del repostaje o del traslado de los barcos averiadas– se han quedado con un funcionario menos por embarcación (cinco para las grandes y tres para las pequeñas).
"En un servicio de vigilancia, la nueva patente de navegación no tiene consecuencias, pero ante una operación en alta mar, esta reducción de tripulación no permite estar al cien por cien", advierte el responsable de CSIF en A Coruña, Jesús Barcón, que atribuye esta restricción a la falta de personal para luchar contra el narcotráfico en el Servicio de Vigilancia Aduanera.
Antes de que se aprobaran las nuevas patentes de navegación para los patrulleros del SVA, la falta de personal para cubrir el mínimo que se exigía para cada tripulación se suplía a través de la plantilla de operativos especiales. "Sólo había dos opciones, o seguir recurriendo a sustitutos para cubrir las bajas o reducir las tripulaciones. Y se optó por lo último", apuntan fuentes sindicales.
Desde CSIF, tachan de "irresponsabilidad" que un servicio se cubra con tres o cuatro funcionarios. "Con esta plantilla, agravada por la edad de la mayoría de los funcionarios, de una media de 50 a 55 años, haces una navegación rutinaria. Para una intervención en alta mar, el personal [del Servicio de Vigilancia Aduanera] no es suficiente", sentencia Barcón.
Los empleados de Vigilancia Aduanera advierten de lo "difícil" que resulta mantener las condiciones de "operatividad con un mínimo de seguridad", ya que –según aseguran– "en el caso de mandar una embarcación auxiliar para realizar una aprehensión, apenas queda nadie en el patrullero".
Los sindicatos ya han dado la voz de alarma y han manifestado sus quejas por los cambios en los mínimos de cada tripulación. El pasado mes de diciembre, el sindicato CSIF envió una carta a la directora de Recursos Humanos de la Agencia Estatal de la Agencia Tributaria para exigir que sean "subsanados" los "errores" en las nuevas patentes de navegación.
Esta reducción de las tripulaciones afecta también a la "seguridad" del personal embarcado en casos de emergencia como incendios a bordo, abandono del buque, hombre al agua o dotación de presa. "La reducción de personal afecta en gran medida a la seguridad del buque, puesto que no cubre las necesidades mínimas que exigen los cuadros orgánicos de estas embarcaciones", recoge el escrito de CSIF.
Pese a que la normativa exige que las embarcaciones de l Servicio de Vigilancia Aduanera tengan en lugar visible los cuadros orgánicos y los planes de emergencia, los barcos de nueva construcción –según han constatado los sindicatos– no poseen los cuadros orgánicos de emergencias o no se corresponden con las patentes de navegación.
Con el nuevo plan de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, cada patrullero grande ha reducido de diez a ocho su dotación habitual, mientras que las pequeñas han pasado de cinco a cuatro. En el las tripulaciones mínimas –encargadas del repostaje o del traslado de los barcos averiadas– se han quedado con un funcionario menos por embarcación (cinco para las grandes y tres para las pequeñas).
"En un servicio de vigilancia, la nueva patente de navegación no tiene consecuencias, pero ante una operación en alta mar, esta reducción de tripulación no permite estar al cien por cien", advierte el responsable de CSIF en A Coruña, Jesús Barcón, que atribuye esta restricción a la falta de personal para luchar contra el narcotráfico en el Servicio de Vigilancia Aduanera.
Antes de que se aprobaran las nuevas patentes de navegación para los patrulleros del SVA, la falta de personal para cubrir el mínimo que se exigía para cada tripulación se suplía a través de la plantilla de operativos especiales. "Sólo había dos opciones, o seguir recurriendo a sustitutos para cubrir las bajas o reducir las tripulaciones. Y se optó por lo último", apuntan fuentes sindicales.
Desde CSIF, tachan de "irresponsabilidad" que un servicio se cubra con tres o cuatro funcionarios. "Con esta plantilla, agravada por la edad de la mayoría de los funcionarios, de una media de 50 a 55 años, haces una navegación rutinaria. Para una intervención en alta mar, el personal [del Servicio de Vigilancia Aduanera] no es suficiente", sentencia Barcón.
Los empleados de Vigilancia Aduanera advierten de lo "difícil" que resulta mantener las condiciones de "operatividad con un mínimo de seguridad", ya que –según aseguran– "en el caso de mandar una embarcación auxiliar para realizar una aprehensión, apenas queda nadie en el patrullero".
Los sindicatos ya han dado la voz de alarma y han manifestado sus quejas por los cambios en los mínimos de cada tripulación. El pasado mes de diciembre, el sindicato CSIF envió una carta a la directora de Recursos Humanos de la Agencia Estatal de la Agencia Tributaria para exigir que sean "subsanados" los "errores" en las nuevas patentes de navegación.
Esta reducción de las tripulaciones afecta también a la "seguridad" del personal embarcado en casos de emergencia como incendios a bordo, abandono del buque, hombre al agua o dotación de presa. "La reducción de personal afecta en gran medida a la seguridad del buque, puesto que no cubre las necesidades mínimas que exigen los cuadros orgánicos de estas embarcaciones", recoge el escrito de CSIF.
Pese a que la normativa exige que las embarcaciones de l Servicio de Vigilancia Aduanera tengan en lugar visible los cuadros orgánicos y los planes de emergencia, los barcos de nueva construcción –según han constatado los sindicatos– no poseen los cuadros orgánicos de emergencias o no se corresponden con las patentes de navegación.

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