20/2/12

“La inversión inmobiliaria de los narcos es solo la punta del iceberg”

El jefe de Aduanas alerta de que ahora entra droga y tabaco de peor calidad

 19 FEB 2012
El blanqueo de dinero se ha convertido en la diana del Servicio de Vigilancia Aduanera con unos resultados que han puesto en evidencia que el negocio del ladrillo ha sido uno de los mayores receptores del dinero negro que han amasado las organizaciones de narcotraficantes gracias a la intensa pero efímera oleada de desembarcos en la costa gallega desde mediados de la pasada década.
 Este grupo operativo dependiente de la Agencia Tributaria se ha mantenido al margen de los cambios internos que se han producido en otras unidades de investigación económica de la policía o la Guardia Civil. El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) acumula en sus archivos valiosa información como el principal artífice de la represión de los históricos tabaqueros, redes que en su mayor parte dieron el salto al narcotráfico. Además, su flota marítima y aérea, tecnología punta para detectar mercancías de riesgo en los puertos y el acceso a los ordenadores de Hacienda le convierten en uno de los cuerpos con más medios para operar contra el narcotráfico y, ahora también, contra el negocio emergente del contrabando de tabaco.
En los cinco últimos años, solo esta agencia ha embargado 478 inmuebles en procesos abiertos a bandas de narcos, actuaciones que representan más del 70% de los bienes intervenidos desde 2006 en Galicia y que superan los 200 millones. Pero para el jefe regional de Aduanas, Jaime Gayá, “las inversiones inmobiliarias de los narcotraficantes son solo la punta del iceberg del dinero que han movido en una década”.
Como experto en delincuencia organizada, Gayá cree que el negocio del ladrillo ha sido una fórmula muy rentable y rápida para blanquear dinero negro pero aún queda mucho por descubrir. “Han sabido aprovechar la bonanza de la construcción, sobre todo en zonas como en las Rías Baixas, pero no lo han invertido todo aquí porque han ganado mucho más de lo que hemos podido detectar en patrimonios inmobiliarios, y quedan probablemente grandes depósitos de dinero en paraísos fiscales pero las dificultades de llegar a él son también mayores”, asegura.
Las inversiones en la construcción son relativamente fáciles de detectar y las investigaciones se han acumulado en los juzgados, casos de delitos de blanqueo que se eternizan hasta llegar a juicio. “Es el caballo de batalla de los investigadores porque requiere un mayor control preventivo de los bienes embargados, mientras estos sufren una enorme depreciación porque la demora de los procesos es brutal”, lamenta Gayá.
Pero la crisis y los golpes policiales de los últimos años han marcando un cambio de tendencias del crimen organizado. Por primera vez, en 2010, el 66% de la cocaína incautada llegó a España en contenedores y solo un 34% se interceptó por mar. En Galicia no se capturó ningún barco en los dos últimos años y la droga intervenida en puertos como Vigo y Marín apenas llega a 1.000 kilos de coca, frente al record de 2009 de casi nueve toneladas.
Gayá subraya que la cocaína de origen que está entrando en la Península es de menor pureza. Esta adulteración se agrava cuanto la droga entra en las redes de venta y distribución que la manipulan todavía más para obtener mayores ganancias. El precio medio se sitúa ahora, según datos de 2012, en los 35.000 euros por kilogramo y ha registrado un incremento anual del 30% desde 2010.

 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/02/19/galicia/1329676170_932947.html